UN POCO DE NUESTRA HISTORIA: ¡VÁLEME, SEÑORA!

Con motivo de la llegada de la Romería de Valme le dedicamos una entrada a la historia de Nuestra Protectora y la Fiesta Mayor de Dos Hermanas.

NUESTRA SEÑORA DE VALME, HISTORIA Y ADVOCACIÓN

Año 1248. Viendo el Santo Rey Fernando III la dificultad de tomar Sevilla, y el abatimiento de sus tropas, invocó en el Cerro de Cuarto a una efigie de la Santísima Virgen: "¡Váleme, Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda, el pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste!". Y clavando su espada en el suelo, brotó al momento un manantial que calmó la sed de los soldados.

Guión de San Fernando, Hermandad de la Redención (Sevilla)

Cuando la capital hispalense fue conquistada, el monarca cumplió su promesa y construyó una Ermita en el lugar, entronizando allí a la Virgen con el Pendón de los musulmanes a sus pies. Este Santuario pronto pasó a ser lugar de peregrinación para los campesinos y aldeanos allegados. En el año 1628 ya hay constancia de una Hermandad en torno a la Señora y su festividad se celebraba el segundo día de Pascua de Pentecostés.

La devoción a Santa María de Valme arraigó fuerte y profundamente en la, por aquel entonces, villa de Dos Hermanas (lugar al que pertenecía el Cortijo de Cuarto) y hasta donde era trasladada en Procesión de Rogativas para implorar ayuda divina en caso de desgracias. Fue en el año 1800 cuando la Virgen, debido a una epidemia de fiebre amarilla, fue trasladada hasta la Parroquia de Santa María Magdalena, quedando expuesta de forma estable a la veneración de los fieles y abandonando la Ermita.

No fue hasta el año 1857 cuando los Duques de Montpensier, tras leer la historia de la Virgen en la novela de Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) 'La familia de Alvareda', decidieron restaurar el Pendón y devolverlo a la Parroquia. Dos años después se reedifica el Santuario. La inauguración tuvo lugar el 9 de octubre de 1859, volviendo la Virgen a recibir desde entonces culto en la Ermita. Sin embargo, tal era la devoción de los nazarenos hacia Ella que en 1869 se acordó que la talla permaneciera definitivamente en la Capilla Sacramental de Santa María Magdalena.

Nuestra Señora de Valme es la Imagen más venerada en nuestra ciudad, siendo una representación de la Madre de Dios de estilo gótico que puede situarse en la iniciación de la Baja Edad Media. Está dotada de un notable interés artístico, histórico y etnológico, lo que la convierten en una obra destacada del Patrimonio Histórico de Andalucía. Ha sido sometida a distintas intervenciones, de las cuales queremos destacar tres: la remodelación que sufrió a mediados del siglo XVII y que la transformó en imagen de candelero para vestir, siguiendo los gustos de la época; la restauración realizada por Adolfo López en 1894 (por iniciativa del poeta Lamarque de Novoa), quién la devolvió a su estado original; y la sufrida recientemente en 2014 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

La Virgen de Valme es una talla de bulto redondo. Fue realizada a partir de una única pieza del centro de un árbol - se cree que chopo o álamo blanco -, siendo sus dimensiones 68 x 28 x 17 centímetros. Representa a la Virgen en Majestad como trono de Dios, sosteniendo en su rodilla izquierda al Niño Jesús. Éste último bendice con la mano derecha mientras sostiene en la otra un pájaro como símbolo del Espíritu Santo y Resurrección. La Santísima Imagen ostenta los Título de Protectora de Dos Hermanas (1897), Patrona del Ayuntamiento (1965) y co-Patrona de la Ciudad (1964). El 23 de Junio de 1973 fue Coronada Canónicamente.

LA ERMITA

El Santuario de Nuestra Señora de Valme fue edificado por mandato de San Fernando como agradecimiento a la Virgen María por el valimiento otorgado para tomar Sevilla. Pese a la falta de documentación, se cree que en su estado original se trataba de una Capilla pequeña y sencilla, destinado solamente a cobijar la imagen fernandina que recibió el nombre de Valme. Junto a Ella, el pendón que el Santo Rey arrebató a los musulmanes.

Ermita de Ntra. Sra. de Valme. Cortijo de Cuarto, Bellavista

En el año 1800, y debido a la epidemia de fiebre amarilla, la Ermita quedó en un estado de abandono y posterior deterioro al trasladarse la Virgen de Valme a la Parroquia del pueblo. Fue gracias a Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) y su novela 'La familia de Alvareda' que los Duques de Montpensier supieron del estado del Santuario y decidieron llevar a cabo su reconstrucción (año 1859) para devolverle el culto a la Imagen en su primitivo hogar. La restauración la llevó a cabo el arquitecto Balbino Marrón, interviniendo en ella los pintores Cabral Bejarano y Juan de Lizasoain, además del arquitecto José María Ríos, colaborador de Marrón.

El 9 de Octubre de 1859, la Virgen de Valme volvió a su Ermita, que fue inaugurada y bendecida por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, monseñor Manuel Joaquín Tarancón. Aquí estuvo hasta que en el año 1869 volvió a Dos Hermanas por los sucesos revolucionarios de 1868 y ante el riesgo de que la Capilla pudiera ser destruida, permaneciendo desde entonces en el Sagrario de la Parroquia Mayor. En 1894, gracias a la iniciativa de José Lamarque de Novoa, se realizaron nuevas obras de mejora y se recuperó como lugar de culto público al promover el nacimiento de la Romería de Valme, que comenzó en dicho año.


La Ermita tiene planta de una sola nave, con techumbre de madera a dos aguas y una pequeña sacristía adosada al templo. El estilo de la construcción es neomudéjar, destacando del exterior el ajimez sobre la puerta de entrada, con arcos de herradura que enmarcan la vidriera que representa el escudo de la hermandad. La espadaña que corona la fachada principal es muy airosa, abriéndose bajo ella y a ambos lados unas almenas escalonadas que le dan un carácter singular al conjunto. En el interior destaca el retablo dorado de estilo rococó, fechado en 1788, que procede de La Rinconada. Sobre el camarín principal se sitúa una pequeña hornacina con fondo celeste estrellado que alberga una pequeña imagen de San Fernando. Cerrando el camarín aparece la reproducción del lienzo que representa la invocación del Santo Rey, obra del pintor Luis de Oñate, a la Virgen y que está fechado en 1894.

LA ROMERÍA: INICIOS, HISTORIA Y ACTUALIDAD

Carreta de 1916. Anónima, archivo propio
El 28 de Octubre de 1894, y gracias al impulso del poeta Lamarque de Novoa (un año antes) tras la refundación de la Corporación en 1888, se celebra la primera Romería hasta la Ermita de Cuarto con un creciente esplendor durante los años 1895 a 1899. Para poder sufragar los gastos de tal acontecimiento, la Hermandad se veía en la obligación de sortear mantas, rosarios, carneros, botellas de vino... y cualquier objeto que pudiera ayudar. Sin embargo, el primer año del siglo XX, cuando un temporal de lluvias azotó Dos Hermanas, la Romería tuvo que ser aplazada a Mayo de 1901, volviendo a ser suspendida en esta fecha debido a la temporada agrícola que auguraban muy poco público. Además, la familia Miura - propietaria del Cortijo - prohibió el paso por sus sembrados.

Es a partir de este año cuando la situación económica de la Hermandad empieza a empeorar progresivamente, dando lugar a la suspensión de la Romería. Era tal la pobreza de la Hermandad que algunos años ni siquiera se celebraban los Cultos del 23 de Junio, fecha de la festividad de la Virgen según las Reglas de 1888.

En 1916 (hace justamente cien años) un grupo de hermanos propone la recuperación de la Romería. La Hermandad acoge la propuesta y le solicita al alcalde Juan Antonio Carazo Gómez un préstamo para poder sufragar los gastos, el cual ascendió a 400 pesetas que él mismo puso de su presupuesto para la organización de la fiesta y para los premios a entregar. Se consigue así que la Romería vuelva a la vida desde este año y hasta 1930. A lo largo de esos quince años se atraviesa una época de gran auge, sobre todo a partir de 1919, pues acuden romeros de Coria, Alcalá, Los Palacios y otros pueblos de la provincia; se instalan también servicios de autobuses desde la Puerta de Jerez de Sevilla hasta el Santuario de la Virgen, comienzan a celebrarse Cultos previos y se mejora el modelo de las carretas gracias a la camarera Elena Molina y a Diego Justiniano Lamadrid. Estamos ante la "Época de Oro" en donde la Romería de Valme se sitúa por delante de todas las de la provincia y en segundo lugar tras la del Rocío.

La Virgen de Valme en su Ermita. Año 2014
Lamentablemente, esta época de esplendor pasó a ser un periodo de crisis a partir de 1931 al proclamarse la República. La Romería dejó de celebrarse nuevamente hasta el año 1933, aunque se siguieron realizando los Cultos de Octubre. La situación empeoró aún más; en 1934 y 1935 la Romería se celebró de nuevo, pero en un ambiente más íntimo a la vez que tenso, además de que al iniciarse la Guerra Civil se atravesó en el pueblo una crisis económica de la que se empezaría a salir en los año 50. En ese periodo de tiempo, el ambiente durante la celebración era tranquilo, con un gran recogimiento. Es aquí cuando se consolida el estilo de las carretas, se aumentan los Cultos previos o se reforma la Capilla Sacramental, produciendo así un engrandecimiento de la Romería y de la propia Hermandad; engrandecimiento que se termina de consolidar a partir de los años 60 y que produjo un aumento de la devoción por la Protectora nazarena.

Actualmente, la Romería de Valme es la fiesta más importante de Dos Hermanas y está considerada la tercera más importante de Andalucía después de la del Rocío y la de la Virgen de la Cabeza. A ella acuden cada año más de 200.000 romeros y participan un total de 18 carretas, 35 galeras y 1.000 caballistas, más los efectivos de seguridad y los carros de tracción animal. Comienza a las seis de la mañana con la tradicional Misa de Romeros, tras la cual se produce el traslado de la Virgen hasta su carreta (realizada con 75.000 flores de papel rizadas a mano). El color varía cada año, alternándose el rosa, el naranja, el amarillo, el azul y, en ocasiones especiales, el blanco. Las columnas se adornan con cestos con unas mil varas de nardos y tuyas verdes. La comitiva atraviesa las centrícas calles de la ciudad y continúa por la "Carretera Vieja" a través del campo, llegando sobre las dos de la tarde a la Ermita de Cuarto, en el sevillano barrio de Bellavista. Allí es donde la Virgen permanece hasta el atardecer, momento en el que se inicia el camino de vuelta mientras se reza el Santo Rosario. La entrada en Dos Hermanas suele producirse a las diez de la noche, mientras que la entrada de la Virgen en la Parroquia es a las once, finalizando así la Fiesta Mayor de nuestra localidad.

Tradicional carreta del Valme. año 2014

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